Las lámparas Aim creadas por los hermanos Bouroullec siguen líneas muy estilizadas. Gracias a su diseño divertido y minimalista, estas lámparas de suspensión crean un caótico laberinto de cables que crecen y se desarrollan como si fueran ramas o plantas trepadoras. En este modelo, ambos diseñadores confirman que su fuente principal de inspiración es la naturaleza y su contemplación.
Lo interesante que ofrece está lámpara además de su atractivo diseño, es que puede ajustarte de mil maneras y satisfacer así todas las necesidades de iluminación. Con una total libertad en el ajuste de la dirección y la altura de la fuente de luz
A pesar de poder utilizarse individualmente, Aim encuentra su estado apoteósico cuando se multiplica.
Y se independiza de la la tradición proponiendo un sistema de suspensión libre de cualquier concepto de centralidad: la lámpara se podrá posicionar donde se desee, recuperando la conexión eléctrica desde suelo mediante largos cables. La segunda “ruptura estética”, es por tanto de tipo conductual y concierne a los cables en sí. Desde siempre se les enseña a los diseñadores que el cable debe ser escondido o disimulado, pero en éste caso los diseñadores dan un giro y multiplican ésta selva de cables. Cables que suben y bajan, cables que tienen una evidente función estética.